Ecuador
1
PROCESO DE NEGOCIACIÓN INTERGUBERNAMENTAL HACIA
LA AGENDA DE DESARROLLO POST 2015
69ª Asamblea General de las Naciones Unidas
Nueva York, 21-24 de abril de 2015
Medios de Implementación y Alianza Global para el Desarrollo Sostenible
DELEGACIÓN DEL ECUADOR
Dirección de Coordinación de Asuntos Estratégicos
Misión Permanente del Ecuador ante Naciones Unidas
Señor(es)
Co-‐
facilitador(e
iiffJaeegdppCEEAADMmnmeuovncleraonn
geoliechncoalrti
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2
mencionados,
con
el
fin
de
impulsar
de
manera
plena
y
efectiva
la
profundización
de
sus
compromisos
y
una
estrategia
eficaz
que
facilite
la
movilización
de
recursos
y
su
aprovechamiento
todo
lo
cual
coadyuvará
además
a
la
implementación
de
la
nueva
Agenda
de
Desarrollo
Post
2015.
Para
el
efecto,
consideramos
que
los
medios
de
implementación
de
la
Agenda
de
Desarrollo
Post
2015
deben
contemplar
una
combinación
de
acceso
a
recursos
financieros,
transferencia
y
desarrollo
de
tecnología,
así
como
la
creación
de
las
capacidades
y
preservación
del
espacio
político,
para
el
uso
eficaz
de
recursos
financieros
nuevos,
predecibles
y
adicionales,
públicos
y
privados,
nacionales
e
internacionales,
garantizando
el
pleno
respeto
y
la
transversalidad
en
la
aplicación
del
principio
de
responsabilidades
comunes
pero
diferenciadas,
para
atender
de
manera
prioritaria
el
objetivo
esencial
de
la
erradicación
de
la
pobreza
reconociendo
su
naturaleza
multidimensional,
bajo
un
enfoque
de
derechos
y
en
armonía
con
la
naturaleza.
De
igual
manera,
subrayamos
la
necesidad
de
fortalecer
y
democratizar
la
gobernanza
económica
global
a
través
de
la
configuración
de
una
Nueva
Arquitectura
Financiera
Internacional
que
reduzca
las
asimetrías
vigentes
y
permita
a
todos
los
países
en
desarrollo
y
a
los
bloques
regionales
una
participación
y
representación
equitativa
en
los
mecanismos
de
toma
de
decisión
de
las
instituciones
financieras
internacionales,
y
que
garantice
el
pleno
respeto
de
sus
derechos
soberanos
para
el
manejo
de
su
política
económica
y
para
la
movilización
de
los
recursos
hacia
el
desarrollo
sostenible.
Reconocemos
a
la
buena
gobernanza
económica
a
nivel
global,
regional
y
nacional,
transparente,
democrática
e
inclusiva,
como
eje
central
para
lograr
una
arquitectura
financiera
más
justa,
centrada
en
el
ser
humano
y
orientada
hacia
el
desarrollo
solidario
de
todos
los
pueblos.
Bajo
este
marco,
invocamos
a
la
comunidad
internacional
a
no
esperar
otra
crisis
financiera
y
económica
mundial
para
considerar
seriamente
la
creación
de
un
mecanismo
global
de
reserva
y
la
emisión
regular
de
derechos
especiales
de
giro.
Señor(es)
Co-‐Faciltiador(es),
3
Tal
como
lo
ha
venido
señalado
de
manera
expresa
la
Comunidad
de
Estados
Latinoamericanos
y
Caribeños
–
CELAC
en
distintos
foros,
el
Ecuador
considera
indispensable
que
se
tomen
en
cuenta
las
diferentes
dimensiones,
prioridades,
circunstancias,
realidades
y
capacidades
de
desarrollo
de
cada
país,
,
así
como
las
necesidades
y
desafíos
particulares
de
los
países
de
renta
media.
En
ese
sentido,
consideramos
fundamental
continuar
promoviendo
el
establecimiento
de
un
Plan
de
Acción
para
la
cooperación
para
los
países
de
renta
media,
dentro
de
una
estrategia
de
financiamiento
que
incorpore
nuevos
parámetros
de
medición
que
vayan
más
allá
del
PIB.
Igualmente,
reconocemos
la
importancia
de
los
mecanismos
financieros
internacionales,
regionales
y
nacionales
y
la
necesidad
de
lograr
una
movilización
importante
de
recursos
procedentes
de
diversas
fuentes,
pero
rechazamos
las
iniciativas
de
desregularización
financiera,
especialmente
luego
de
haber
demostrado
ser
la
primordial
causa
de
las
crisis
económicas
ocurridas
en
los
últimos
años.
En
ese
sentido,
instamos
a
fortalecer
la
coordinación
a
nivel
internacional,
regional
y
bilateral,
en
aspectos
fiscales
y
tributarios,
para
combatir
el
tráfico
ilícito,
la
evasión
y
elusión
tributaria,
así
como
para
eliminar
progresivamente
todos
los
paraísos
fiscales.
Por
otra
parte,
reafirmamos
la
necesidad
de
buscar
la
sostenibilidad
de
la
deuda
externa
a
largo
plazo,
a
través
de
políticas
coordinadas
para
fomentar
su
financiación,
alivio,
condonación
y
reestructuración,
según
proceda,
con
una
oferta
de
mecanismos
innovadores,
asistencia
técnica
para
un
manejo
eficiente
y
sostenible
de
la
misma,
garantías
legales
frente
a
la
amenaza
de
los
llamados
“fondos
buitres”,
mecanismos
de
indexación
que
tomen
en
cuenta
las
principales
externalidades
macroeconómicas,
y
sobre
todo,
acuerdos
de
canje
de
deuda
por
proyectos
que
promuevan
la
inversión
social
y
productiva
en
los
países
en
desarrollo
y
en
especial
en
los
menos
adelantados.
De
manera
más
amplia,
esperamos
avanzar
hacia
el
establecimiento
de
un
mecanismo
global,
regulado,
independiente
y
transparente
para
la
resolución
de
controversias
relacionadas
con
deuda
soberana.
4
Asimismo,
reconocemos
la
necesidad
de
impulsar
una
política
comercial
soberana
articulada
al
desarrollo
económico
y
social
de
los
países,
con
un
sistema
multilateral
basado
en
reglas,
abierto,
predecible
y
más
inclusivo,
no
discriminatorio,
equitativo
y
orientado
al
desarrollo.
En
ese
sentido,
los
procesos
de
liberalización
comercial
deben
ser
negociados
exclusivamente
a
nivel
intergubernamental,
sin
perjuicio
del
apoyo
y
acompañamiento
de
todos
los
demás
sectores
relevantes
y
no
debe
ser
sólo
de
índole
arancelaria
sino
que
debe
incluir
la
disminución
de
todas
las
trabas
al
comercio
y
medidas
que
lo
distorsionan,
incluyendo
entre
otras,
la
eliminación
de
los
subsidios
a
las
exportaciones
agrícolas,
con
miras
a
lograr
un
verdadero
bienestar
en
todo
el
encadenamiento
productivo
respetando
los
derechos
humanos
y
promoviendo
el
desarrollo
sostenible,
para
lo
cual
instamos
a
concluir
la
Ronda
de
Doha
sobre
comercio
y
desarrollo.
Reafirmamos
la
importancia
de
la
Ayuda
Oficial
para
el
Desarrollo
como
herramienta
para
alcanzar
el
desarrollo
sostenible
y
consideramos
urgente
que
los
países
desarrollados
cumplan
con
su
compromiso
de
dedicar
el
0,7%
de
su
PIB
a
dicho
fin
para
los
países
en
desarrollo,
mediante
una
hoja
de
ruta
clara
acordada
en
Addis
Abeba.
Alentamos
a
impulsar
el
diálogo
y
la
cooperación
Sur-‐Sur
y
triangular,
reconociendo
sus
propios
valores
y
particularidades
como
ejemplo
y
complemento
esencial
para
la
consecución
de
un
nuevo
paradigma
de
cooperación
para
el
desarrollo,
tanto
como
medio
de
implementación
para
hacer
efectivos
los
compromisos
del
desarrollo
y
su
financiamiento,
y
como
un
fin
en
sí
mismo
de
la
agenda
de
desarrollo
post
2015,
que
genere
alianzas
cada
vez
más
amplias,
inclusivas
y
justas.
Exhortamos
a
los
países
desarrollados
a
cumplir
los
compromisos
asumidos
en
materia
de
financiamiento
climático
y
financiamiento
de
la
conservación
de
la
biodiversidad,
a
través
de
acciones
concretas
que
incorporen
una
hoja
de
ruta
clara
para
atender
la
necesidades
de
mitigación
y
adaptación
al
cambio
climático
de
los
países
en
desarrollo,
mediante
la
provisión
de
fondos
nuevos,
adicionales,
predecibles
y
no
condicionados,
incluyendo
el
compromiso
de
proveer
100
mil
millones
de
dólares
anuales
a
partir
del
año
2020
a
través
del
Fondo
Verde
para
el
Clima
y
a
través
de
mecanismos
de
monitoreo,
reporte
y
verificación.
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PROCESO DE NEGOCIACIÓN INTERGUBERNAMENTAL HACIA
LA AGENDA DE DESARROLLO POST 2015
69ª Asamblea General de las Naciones Unidas
Nueva York, 21-24 de abril de 2015
Medios de Implementación y Alianza Global para el Desarrollo Sostenible
DELEGACIÓN DEL ECUADOR
Dirección de Coordinación de Asuntos Estratégicos
Misión Permanente del Ecuador ante Naciones Unidas
Señor(es)
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facilitador(e
iiffJaeegdppCEEAADMmnmeuovncleraonn
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2
mencionados,
con
el
fin
de
impulsar
de
manera
plena
y
efectiva
la
profundización
de
sus
compromisos
y
una
estrategia
eficaz
que
facilite
la
movilización
de
recursos
y
su
aprovechamiento
todo
lo
cual
coadyuvará
además
a
la
implementación
de
la
nueva
Agenda
de
Desarrollo
Post
2015.
Para
el
efecto,
consideramos
que
los
medios
de
implementación
de
la
Agenda
de
Desarrollo
Post
2015
deben
contemplar
una
combinación
de
acceso
a
recursos
financieros,
transferencia
y
desarrollo
de
tecnología,
así
como
la
creación
de
las
capacidades
y
preservación
del
espacio
político,
para
el
uso
eficaz
de
recursos
financieros
nuevos,
predecibles
y
adicionales,
públicos
y
privados,
nacionales
e
internacionales,
garantizando
el
pleno
respeto
y
la
transversalidad
en
la
aplicación
del
principio
de
responsabilidades
comunes
pero
diferenciadas,
para
atender
de
manera
prioritaria
el
objetivo
esencial
de
la
erradicación
de
la
pobreza
reconociendo
su
naturaleza
multidimensional,
bajo
un
enfoque
de
derechos
y
en
armonía
con
la
naturaleza.
De
igual
manera,
subrayamos
la
necesidad
de
fortalecer
y
democratizar
la
gobernanza
económica
global
a
través
de
la
configuración
de
una
Nueva
Arquitectura
Financiera
Internacional
que
reduzca
las
asimetrías
vigentes
y
permita
a
todos
los
países
en
desarrollo
y
a
los
bloques
regionales
una
participación
y
representación
equitativa
en
los
mecanismos
de
toma
de
decisión
de
las
instituciones
financieras
internacionales,
y
que
garantice
el
pleno
respeto
de
sus
derechos
soberanos
para
el
manejo
de
su
política
económica
y
para
la
movilización
de
los
recursos
hacia
el
desarrollo
sostenible.
Reconocemos
a
la
buena
gobernanza
económica
a
nivel
global,
regional
y
nacional,
transparente,
democrática
e
inclusiva,
como
eje
central
para
lograr
una
arquitectura
financiera
más
justa,
centrada
en
el
ser
humano
y
orientada
hacia
el
desarrollo
solidario
de
todos
los
pueblos.
Bajo
este
marco,
invocamos
a
la
comunidad
internacional
a
no
esperar
otra
crisis
financiera
y
económica
mundial
para
considerar
seriamente
la
creación
de
un
mecanismo
global
de
reserva
y
la
emisión
regular
de
derechos
especiales
de
giro.
Señor(es)
Co-‐Faciltiador(es),
3
Tal
como
lo
ha
venido
señalado
de
manera
expresa
la
Comunidad
de
Estados
Latinoamericanos
y
Caribeños
–
CELAC
en
distintos
foros,
el
Ecuador
considera
indispensable
que
se
tomen
en
cuenta
las
diferentes
dimensiones,
prioridades,
circunstancias,
realidades
y
capacidades
de
desarrollo
de
cada
país,
,
así
como
las
necesidades
y
desafíos
particulares
de
los
países
de
renta
media.
En
ese
sentido,
consideramos
fundamental
continuar
promoviendo
el
establecimiento
de
un
Plan
de
Acción
para
la
cooperación
para
los
países
de
renta
media,
dentro
de
una
estrategia
de
financiamiento
que
incorpore
nuevos
parámetros
de
medición
que
vayan
más
allá
del
PIB.
Igualmente,
reconocemos
la
importancia
de
los
mecanismos
financieros
internacionales,
regionales
y
nacionales
y
la
necesidad
de
lograr
una
movilización
importante
de
recursos
procedentes
de
diversas
fuentes,
pero
rechazamos
las
iniciativas
de
desregularización
financiera,
especialmente
luego
de
haber
demostrado
ser
la
primordial
causa
de
las
crisis
económicas
ocurridas
en
los
últimos
años.
En
ese
sentido,
instamos
a
fortalecer
la
coordinación
a
nivel
internacional,
regional
y
bilateral,
en
aspectos
fiscales
y
tributarios,
para
combatir
el
tráfico
ilícito,
la
evasión
y
elusión
tributaria,
así
como
para
eliminar
progresivamente
todos
los
paraísos
fiscales.
Por
otra
parte,
reafirmamos
la
necesidad
de
buscar
la
sostenibilidad
de
la
deuda
externa
a
largo
plazo,
a
través
de
políticas
coordinadas
para
fomentar
su
financiación,
alivio,
condonación
y
reestructuración,
según
proceda,
con
una
oferta
de
mecanismos
innovadores,
asistencia
técnica
para
un
manejo
eficiente
y
sostenible
de
la
misma,
garantías
legales
frente
a
la
amenaza
de
los
llamados
“fondos
buitres”,
mecanismos
de
indexación
que
tomen
en
cuenta
las
principales
externalidades
macroeconómicas,
y
sobre
todo,
acuerdos
de
canje
de
deuda
por
proyectos
que
promuevan
la
inversión
social
y
productiva
en
los
países
en
desarrollo
y
en
especial
en
los
menos
adelantados.
De
manera
más
amplia,
esperamos
avanzar
hacia
el
establecimiento
de
un
mecanismo
global,
regulado,
independiente
y
transparente
para
la
resolución
de
controversias
relacionadas
con
deuda
soberana.
4
Asimismo,
reconocemos
la
necesidad
de
impulsar
una
política
comercial
soberana
articulada
al
desarrollo
económico
y
social
de
los
países,
con
un
sistema
multilateral
basado
en
reglas,
abierto,
predecible
y
más
inclusivo,
no
discriminatorio,
equitativo
y
orientado
al
desarrollo.
En
ese
sentido,
los
procesos
de
liberalización
comercial
deben
ser
negociados
exclusivamente
a
nivel
intergubernamental,
sin
perjuicio
del
apoyo
y
acompañamiento
de
todos
los
demás
sectores
relevantes
y
no
debe
ser
sólo
de
índole
arancelaria
sino
que
debe
incluir
la
disminución
de
todas
las
trabas
al
comercio
y
medidas
que
lo
distorsionan,
incluyendo
entre
otras,
la
eliminación
de
los
subsidios
a
las
exportaciones
agrícolas,
con
miras
a
lograr
un
verdadero
bienestar
en
todo
el
encadenamiento
productivo
respetando
los
derechos
humanos
y
promoviendo
el
desarrollo
sostenible,
para
lo
cual
instamos
a
concluir
la
Ronda
de
Doha
sobre
comercio
y
desarrollo.
Reafirmamos
la
importancia
de
la
Ayuda
Oficial
para
el
Desarrollo
como
herramienta
para
alcanzar
el
desarrollo
sostenible
y
consideramos
urgente
que
los
países
desarrollados
cumplan
con
su
compromiso
de
dedicar
el
0,7%
de
su
PIB
a
dicho
fin
para
los
países
en
desarrollo,
mediante
una
hoja
de
ruta
clara
acordada
en
Addis
Abeba.
Alentamos
a
impulsar
el
diálogo
y
la
cooperación
Sur-‐Sur
y
triangular,
reconociendo
sus
propios
valores
y
particularidades
como
ejemplo
y
complemento
esencial
para
la
consecución
de
un
nuevo
paradigma
de
cooperación
para
el
desarrollo,
tanto
como
medio
de
implementación
para
hacer
efectivos
los
compromisos
del
desarrollo
y
su
financiamiento,
y
como
un
fin
en
sí
mismo
de
la
agenda
de
desarrollo
post
2015,
que
genere
alianzas
cada
vez
más
amplias,
inclusivas
y
justas.
Exhortamos
a
los
países
desarrollados
a
cumplir
los
compromisos
asumidos
en
materia
de
financiamiento
climático
y
financiamiento
de
la
conservación
de
la
biodiversidad,
a
través
de
acciones
concretas
que
incorporen
una
hoja
de
ruta
clara
para
atender
la
necesidades
de
mitigación
y
adaptación
al
cambio
climático
de
los
países
en
desarrollo,
mediante
la
provisión
de
fondos
nuevos,
adicionales,
predecibles
y
no
condicionados,
incluyendo
el
compromiso
de
proveer
100
mil
millones
de
dólares
anuales
a
partir
del
año
2020
a
través
del
Fondo
Verde
para
el
Clima
y
a
través
de
mecanismos
de
monitoreo,
reporte
y
verificación.
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