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United Nations Departamento de Asuntos Económicos y Sociales Desarrollo Sostenible
Temas

Desertificación, degradación de las tierras y sequía

Descripción

El párrafo 33 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se centra en el vínculo entre la gestión sostenible de los recursos naturales del planeta y el desarrollo social y económico, así como en “fortalecer la cooperación sobre la desertificación, las tormentas de arena, la degradación de las tierras y la sequía y promover la resiliencia y la reducción del riesgo de desastres”.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 15 de la Agenda 2030 trata de “proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad”.

En el párrafo 205 del documento “El futuro que queremos”, se reconoce la importancia económica y social de una buena ordenación de la tierra, incluido el suelo, y su contribución al crecimiento económico y el progreso social. En este contexto, los Estados Miembros expresan su preocupación por los desafíos que la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía plantean para el desarrollo sostenible, especialmente en África, los PMA y los PDSL. Al mismo tiempo, los Estados Miembros destacan la necesidad de tomar medidas a nivel nacional, regional e internacional para revertir la degradación del suelo, catalizar recursos financieros, tanto de donantes privados como públicos, y aplicar tanto la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) como su marco y plan estratégico decenal (2008‑2018).

Además, en los párrafos 207 y 208 del documento “El futuro que queremos”, los Estados Miembros alientan y reconocen la importancia de las asociaciones e iniciativas para salvaguardar los recursos terrestres, y de seguir desarrollando y aplicando métodos e indicadores racionales, socialmente inclusivos y basados en datos científicos para vigilar y evaluar el grado de desertificación, degradación de la tierra y sequía. En la CLD, también se aborda la pertinencia de las iniciativas que se están realizando para promover las investigaciones científicas y fortalecer la base científica de las actividades destinadas a hacer frente a la desertificación y la sequía.

La Comisión sobre el Desarrollo Sostenible mantuvo debates sobre la lucha contra la desertificación y la sequía en varios períodos de sesiones. En el marco del programa de trabajo plurianual de la Comisión, los períodos de sesiones 16º y 17º de la CDS se centraron, en 2008 y 2009 respectivamente, en la desertificación y la sequía, junto con las cuestiones interrelacionadas de la tierra, la agricultura, el desarrollo rural y África.

De acuerdo con su programa de trabajo plurianual, la CDS examinó, en su octavo período de sesiones en 2000, la planificación y ordenación integradas de los recursos de tierras como tema sectorial. En su decisión 8/3 sobre la planificación y ordenación integradas de los recursos de tierras, la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible señaló la importancia de abordar el desarrollo sostenible a través de un enfoque holístico, como la gestión de los ecosistemas, para hacer frente a los desafíos prioritarios de la desertificación y la sequía, el desarrollo sostenible de las montañas, la prevención y mitigación de la degradación de las tierras, las zonas costeras, la deforestación, el cambio climático, el uso rural y urbano de la tierra, el crecimiento urbano y la conservación de la diversidad biológica.

La CDS tomó en consideración el módulo sectorial sobre la tierra, la desertificación, los bosques y la biodiversidad, así como las montañas (capítulos 10 a 13 y 15 del Programa 21), en su tercer período de sesiones, en 1995, y de nuevo en el examen quinquenal de 1997.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) pidió a la Asamblea General de las Naciones Unidas que estableciera un Comité Intergubernamental de Negociación Encargado de Elaborar una Convención Internacional de Lucha contra la Desertificación en los Países Afectados por Sequía Grave o Desertificación, en Particular en África (CIND), antes de junio de 1994. La Convención se aprobó en París el 17 de junio de 1994 y se abrió a la firma en esa ciudad los días 14 y 15 de octubre de 1994. Entró en vigor el 26 de diciembre de 1996.

Los desiertos figuran entre los “ecosistemas frágiles” que se tratan en el Programa 21, al tiempo que la “lucha contra la desertificación y la sequía” es el tema del capítulo 12. La desertificación engloba la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas. La desertificación afecta a una sexta parte de la población mundial, al 70 % de todas las zonas secas y a una cuarta parte de la superficie terrestre mundial. Da lugar a una pobreza generalizada, así como a la degradación de miles de millones de hectáreas de pastizales y tierras de cultivo.

El capítulo 10 del Programa 21 trata sobre la planificación y ordenación integradas de los recursos de tierras, y aborda los aspectos intersectoriales de la toma de decisiones para el uso y desarrollo sostenibles de los recursos naturales, incluidos los suelos, los minerales, el agua y la biota que comprende la tierra. Esta amplia visión integradora de los recursos de tierras, que son esenciales para los sistemas de apoyo a la vida y la capacidad productiva del medio ambiente, es la base de la consideración de las cuestiones relativas a las tierras del Programa 21 y la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible.

Las crecientes necesidades humanas y el aumento de las actividades económicas ejercen una presión cada vez mayor sobre los recursos de tierras, suscitan la competencia y los conflictos y llevan a un uso impropio de los recursos. Examinando todos los usos de la tierra de manera integrada, se pueden reducir al mínimo los conflictos y obtener el equilibrio más eficaz, y se puede vincular el desarrollo social y económico con la protección y el mejoramiento del medio ambiente, contribuyendo así a lograr los objetivos del desarrollo sostenible (párr. 10.1 del Programa 21). La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es la entidad rectora del capítulo 10 del Programa 21.