Empleo, trabajo decente para todos y protección social
Descripción
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 8, que trata de “promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”, destaca el papel esencial del trabajo decente para todos en el logro del desarrollo sostenible.
El trabajo decente, la creación de empleo, la protección social, los derechos en el trabajo y el diálogo social forman parte de la nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Además, los aspectos cruciales del trabajo decente están muy arraigados en las metas de muchos de los 16 Objetivos restantes.
En los párrafos 143 a 157 del documento final de la Conferencia Río+20, se expresa preocupación por las condiciones del mercado laboral y la gran escasez de oportunidades de trabajo decente disponibles. Al mismo tiempo, el documento reconoce los vínculos existentes entre la erradicación de la pobreza, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, e insta a todos los Gobiernos a que afronten el desafío mundial que representa el empleo de los jóvenes.
En el Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, aprobado en Johannesburgo en 2002, se recuerda también el reto mundial que plantea el empleo juvenil.
Entre las medidas concertadas y concretas necesarias para que los países en desarrollo puedan alcanzar sus objetivos en materia de desarrollo sostenible, el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo destaca la importancia de prestar asistencia para aumentar las oportunidades de empleo que generan ingresos, habida cuenta de la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo.
El Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo reza lo siguiente: “La buena gestión es esencial para el desarrollo sostenible. Las políticas económicas correctas, las instituciones democráticas sólidas y atentas a las necesidades de la población y las infraestructuras mejoradas constituyen la base del crecimiento económico sostenido, la erradicación de la pobreza y la creación de empleo. También son elementos esenciales, que se refuerzan mutuamente, la libertad, la paz y la seguridad, la estabilidad interna, el respeto de los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo, y el estado de derecho, la igualdad entre los géneros, las políticas orientadas hacia el mercado y una dedicación general al mantenimiento de sociedades justas y democráticas”.
En el capítulo 3 del Programa 21, se señala la necesidad de fortalecer los programas de empleo y generación de ingresos como herramienta para erradicar la pobreza. El Programa también invita a los Gobiernos a adoptar medidas capaces de generar, de manera directa o indirecta, oportunidades de empleo remunerado y de trabajo productivo compatibles con los elementos propios de cada país y en una escala suficiente para hacer frente a un aumento eventual de la fuerza de trabajo y absorber la demanda acumulada.
Además, el Programa reitera, en diferentes secciones, la necesidad de generar empleo para los grupos vulnerables, en concreto las mujeres, los pobres de las zonas urbanas, la mano de obra rural desempleada y los residentes de las zonas urbanas de ingreso bajo.