Violencia contra los niños
Descripción
En la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño se establece que la protección de la infancia frente a cualquier forma de violencia es un derecho fundamental. La inclusión de una meta específica (ODS 16.2) en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, consistente en poner fin a todas las formas de violencia contra los niños, da un nuevo impulso a los esfuerzos tendientes a hacer efectivo el derecho de todos los niños a vivir una vida libre de miedo, negligencia, maltrato y explotación. Otras metas de los ODS abordan formas específicas de violencia y daño contra los niños, como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina (meta 5.3) y la erradicación del trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados (meta 8.7).
Para conocer mejor la naturaleza, el alcance y las causas de la violencia contra los niños y las medidas destinadas a aumentar su protección, las Naciones Unidas realizaron en 2006 un estudio exhaustivo con recomendaciones de actuación claras. El Secretario General nombró a un Representante Especial sobre la Violencia contra los Niños para supervisar los avances en la aplicación de las recomendaciones del estudio y garantizar su seguimiento efectivo.
A nivel mundial, cada año mil millones de niños sufren alguna forma de violencia emocional, física o sexual; y, cada cinco minutos, muere un niño a causa de la violencia. Aunque presenta unas proporciones epidémicas, la violencia contra los niños a menudo permanece oculta y se tolera a nivel social.
La violencia contra los niños no conoce fronteras de cultura, clase, educación, ingresos u origen étnico. Tiene lugar en instituciones diseñadas para su cuidado y protección, en las escuelas, en línea y también dentro del hogar. La mayoría de las niñas y los niños expuestos a la violencia viven en situaciones de aislamiento, soledad y miedo, y no saben a dónde deben dirigirse para pedir ayuda, sobre todo cuando el autor es alguien cercano y del que dependen su protección y su bienestar. Los niños y niñas más pequeños corren un riesgo especialmente elevado de ser víctimas de la violencia, ya que tienen menor capacidad para contar lo que les pasa y buscar apoyo, lo que puede causar daños irreversibles en su desarrollo. El género, la discapacidad, la pobreza o el origen nacional o étnico son algunos de los factores de riesgo que pueden exponer a los niños a un alto riesgo de violencia.
La violencia entre pares por parte de los niños también resulta preocupante, ya que los estudios muestran que entre el 25 % y el 50 % de los niños han sido víctimas del acoso. El crecimiento del ciberacoso es igualmente preocupante, dado que sus mensajes nocivos se difunden rápidamente y tienen un gran alcance, y se ve alimentado por el anonimato de los autores.
La violencia conlleva consecuencias graves y duraderas para sus víctimas y puede tener importantes repercusiones en la salud, el desarrollo y el rendimiento escolar de los niños. También ralentiza el progreso social al generar enormes costos económicos, obstaculizar el desarrollo sostenible y minar el capital humano. Según un estudio, los costos mundiales de la violencia contra los niños podrían ascender a 7 billones de dólares de los Estados Unidos al año.
La violencia contra los niños se puede prevenir y, en los últimos años, han tenido lugar verdaderos avances, como ponen de manifiesto la Encuesta mundial sobre la violencia contra los niños de 2013 y los informes anuales del Representante Especial del Secretario General ante la Asamblea General.
En apoyo de las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se están forjando nuevas asociaciones y alianzas; se han aprobado nuevas normas internacionales sobre la protección de los niños frente a la violencia, incluidos el tráfico y la explotación y los abusos sexuales; numerosos Estados han adoptado a nivel nacional un programa amplio de políticas de prevención de la violencia y respuesta a ella, y han promulgado leyes para prohibir la violencia física, mental y sexual y para salvaguardar los derechos de los niños víctimas; las campañas de información han aumentado la sensibilización sobre el efecto negativo de la violencia en el desarrollo infantil y sobre las prácticas positivas para prevenir su aparición; y se está abordando la protección de los niños contra el acoso, la violencia doméstica, la violencia sexual y las prácticas nocivas a través de nuevas iniciativas mundiales. Además, se está invirtiendo en mayor medida en la generación de pruebas sólidas sobre la escala y la naturaleza de la violencia contra los niños, y sobre las estrategias eficaces para prevenirla, así como en la promoción y la supervisión de los avances hacia su erradicación.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible nos brinda una oportunidad histórica para otorgar a la protección de los niños una posición central en las actividades políticas de cada nación y para construir un mundo donde todos los niños de todos los lugares vivan sin temor y sin sufrir ninguna forma de violencia.
El año 2019 supone un hito estratégico en este viaje. En primer lugar, el foro político de alto nivel de julio evaluará los avances en el cumplimiento de los ODS en relación con el tema “El empoderamiento de las personas y el logro de la inclusión y la igualdad”, y examinará las metas relativas a la violencia contra los niños en el marco del ODS 16, junto con las de los Objetivos 4 (educación) y 8 (trabajo decente y crecimiento económico). En segundo lugar, en septiembre, los dirigentes mundiales se reunirán en la primera cumbre de la Asamblea General para examinar los avances logrados en la aplicación de la Agenda 2030, lo que proporcionará orientación política de alto nivel para la segunda fase de la implementación de la Agenda 2030. En tercer lugar, en noviembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemorará el 30º aniversario de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado de la Organización con mayor número de ratificaciones. El año 2019 también representa el décimo aniversario del mandato del Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños. Por lo tanto, 2019 brinda una importante oportunidad para obtener una imagen completa de lo que hemos avanzado a la hora de garantizar la seguridad y la protección de los niños; las carencias que siguen existiendo; y la forma de acelerar el progreso para poner fin a todas las formas de violencia contra los niños para 2030.
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