Educación
Descripción
La educación para todos siempre ha formado parte de la agenda de desarrollo sostenible. En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002 se aprobó el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, el cual, en su sección X, reafirmó tanto el Objetivo de Desarrollo del Milenio 2, consistente en lograr la enseñanza primaria universal para 2015, como el objetivo del Marco de Acción de Dakar sobre Educación para Todos, consistente en eliminar la disparidad de género en la enseñanza primaria y secundaria antes de 2005 y en todos los niveles de enseñanza para 2015. El Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo abordó la necesidad de integrar el desarrollo sostenible en la educación formal a todos los niveles, así como a través de oportunidades de educación informal y no formal.
Cada vez se reconoce en mayor medida, en el plano internacional, la educación para el desarrollo sostenible como elemento esencial de la educación de calidad y facilitador clave del desarrollo sostenible. El Acuerdo de Mascate, adoptado en la Reunión Mundial sobre la Educación para Todos en 2014, y la propuesta de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), elaborada por el Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyen la educación para el desarrollo sostenible en las metas propuestas para la agenda después de 2015. La propuesta de Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 consiste en “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”, y engloba un conjunto de metas conexas.
La educación para el desarrollo sostenible está estrechamente vinculada a los debates internacionales sobre el desarrollo sostenible, cuya escala e importancia han aumentado desde que, en 1987, apareció “Nuestro futuro común”, donde se proporcionó la primera definición ampliamente utilizada de desarrollo sostenible como “el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, a través del capítulo 36 de su documento final, el Programa 21, también se señaló debidamente la función crucial de la educación en la consecución del desarrollo sostenible.
Asimismo, se hizo hincapié en la importancia de promover la educación para el desarrollo sostenible e integrar el desarrollo sostenible de manera activa en la educación en el párrafo 233 del documento “El futuro que queremos”, el resultado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), celebrada en 2012.
En 2005, la UNESCO puso en marcha el Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible, el cual reafirmó el papel clave de la educación en la formación de valores que apoyen el desarrollo sostenible y en la consolidación de sociedades sostenibles. El informe final del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible, Shaping the Future We Want (Conformando el futuro que queremos), se presentó en la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible, celebrada en noviembre de 2014 en Nagoya (Japón).
En esa misma ocasión, como seguimiento del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005‑2014), la UNESCO puso en marcha el Programa de Acción Mundial de Educación para el Desarrollo Sostenible. El objetivo general del Programa consiste en generar y ampliar las medidas en todos los niveles y las esferas de la educación y el aprendizaje para acelerar el progreso hacia el desarrollo sostenible.
El Programa de Acción Mundial de Educación para el Desarrollo Sostenible ha señalado cinco esferas prioritarias para promover la agenda en materia de educación para el desarrollo: el apoyo a las políticas, los enfoques que abarcan la totalidad del entorno institucional, los educadores, la juventud y las comunidades locales. La UNESCO ha establecido cinco redes de asociados, una para cada esfera prioritaria, como uno de sus principales mecanismos de aplicación del Programa. Las redes de asociados crearán sinergias para las actividades de sus miembros y catalizarán las medidas de otras partes interesadas.
En el período previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), se creó la Iniciativa de Educación Superior para la Sostenibilidad como una alianza de varias entidades patrocinadoras de las Naciones Unidas (UNESCO, DAES, PNUMA, Pacto Mundial y UNU) con el objetivo de impulsar el compromiso de las instituciones de enseñanza superior con la enseñanza y el fomento de la investigación en materia de desarrollo sostenible, la ecologización de los campus y el apoyo a las iniciativas locales de sostenibilidad. La Iniciativa de Educación Superior para la Sostenibilidad, que cuenta con miembros de casi 300 universidades de todo el mundo, representa más de un tercio de todos los compromisos voluntarios dimanantes de la Conferencia Río+20, de modo que brinda a las instituciones de educación superior una interfaz única entre la formulación de políticas y el mundo académico.
En 2015, esta Iniciativa empezó a formar parte de manera oficial de la segunda esfera prioritaria de la red de asociados del Programa de Acción Mundial de Educación para el Desarrollo Sostenible: “transformación de los entornos de aprendizaje y formación”.
A través de su asociación con el Programa de Acción Mundial de Educación para el Desarrollo Sostenible, la Iniciativa de Educación Superior para la Sostenibilidad tratará de ayudar a las instituciones a desarrollar planes de sostenibilidad en colaboración con la comunidad en general y prestará asistencia a las universidades para la incorporación de la sostenibilidad en las operaciones, la gobernanza, la política y la administración de los campus.